¿Qué dirán de mi?

Hoy es uno de los días en los que me quiero un poquito, ustedes saben... Esos días en los que estás a gusto contigo mismo, esos pocos días en los que la sociedad te vale madres y los estereotipos pasan desapercibidos.

Y me puse a pensar... ¿Por qué demonios nos preocupamos tanto por el "qué dirán"? Y es que vivimos en un mundo en donde importa más qué se pone la persona que trabaja contigo que una noticia importante, un poco lamentable para mi gusto.

Me gustaría que las personas salieran a la calle sin pensar en si les combina o no la ropa, en si están lo suficientemente arreglados para salir, en si el chico o la chica que les gusta los va despreciar por no estar "presentables" o simplemente en encajar con la sociedad que cada día nos domina un poco más.

Ustedes se preguntaran si a mi me importa lo que los demás piensen de mi, la respuesta es no y, la verdad es que me he llevado demasiados problemas en la vida por esto, pero los que me conocen, saben que realmente me importa muy poco, yo siempre voy a hacer lo que me gusta sin preguntarle a alguien si está bien lo que estoy haciendo. Claro que como todos, a veces entro en conflicto con mi cuerpo por los estereotipos de la sociedad, pero la verdad es que no me interesa, así soy y me siento bastante bien conmigo misma, eso es lo que cuenta.

¿Saben qué? ¡Estoy cansada! cansada de que me pregunten por el novio que no tengo y que "Cuándo pienso tenerlo", cansada de que me juzguen por querer dar el primer paso cuando me gusta alguien, cansada de las miradas de arriba a abajo para ver lo que tengo puesto, cansada de los "peros" que le ponen a mi vida cuando cuento qué es lo que quiero hacer con ella, cansada del "Siéntate como una señorita, no digas groserías, sé amable" No es que esto no sea importante, porque tampoco podemos dejar los valores de lado, pero si digo groserías o no, es mi problema, además, soy venezolana, es imposible no hacerlo.

Estoy obstinada y es porque yo tengo el control de mi vida (aunque suene a discurso feminista, pero es cierto) yo decido con quién quiero salir y cuándo, yo decido si me coloco converse con un vestido, si me dejo el cabello natural despeinado y salgo desarreglada porque sencillamente me dio flojera arreglarme; es decir, yo decido cómo vivir y en eso no se tiene que meter absolutamente nadie.

Y esto es para todos aquellos que se han sentidos inconformes con ustedes mismos, si alguna vez se preguntaron si realmente valían la pena, si se sintieron muy gorditos o muy delgadas para la vida, si decidieron hacer ejercicio únicamente por presiones y no por ustedes mismos. Pues hoy le vengo a decir que ustedes valen mucho más de lo que se imaginan, que son perfectos en su imprefección, así que no dejen que NADIE, ABSOLUTAMENTE NADIE, les diga lo contrario, porque las personas pueden invadirlos de comentarios negativos, pero solo ustedes deciden si eso les va a hacer daño o no, así como Eleanor Roosevelt dijo una vez "Nadie puede hacerte sentir inferior sin tu consentimiento" ¡Y vaya que tenía razón!

Rían, lloren, amen, demuéstrenlo si quieren, no piensen "Si me dejó en visto, no le escribo" o en "No voy a invitarla a comer porque ella no me ha invitado a mi". Lo que me lleva al tema de las redes sociales y en lo plásticos que nos hemos convertido gracias a los medios de comunicación.

Es extraño, ¿no? que una comunicadora social les diga que los medios nos han hecho bastante daño, la verdad es que con el poco tiempo que llevo analizando el tema de las redes sociales, el marketing y a la sociedad, me he dado cuenta de que sí, nos están convirtiendo en un títere social que aparenta ser feliz cuando en el fondo no lo es. Porque no nos divertimos tanto como se ve en Instagram, no tenemos tantos amigos como en Facebook... Eso es solo apariencia, lo que me entristece un poco, ya que quiero volver a los tiempos en los que salíamos a festivales, a tomar un café, a pasear por el parque y no a emocionarse porque tu amor platónico te escribió, tal vez porque a mi siempre me ha gustado más las cosas cara a cara que a través de una pantalla.

Yo solo les pido que, además de quererse, no se preocupen mucho por la vida de los demás, ya que a veces caemos en ese círculo vicioso que tanto nos afecta, nos convertimos en lo que más odiamos, en el chisme, en el juzgar, en el criticar... Y la verdad es que no hay nada peor que ser aquello que más criticamos, piensen en cómo se sentirían si los juzgaran por una decisión personal o por la mera apariencia.

Brillen, sean únicos, pero también sean responsables.

Saludos, Migde.

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